Estaba buscando el libro Vivir con extranjeros de Zygmunt Bauman. Revolví toda mi estantería, me llamo Jordi y no paraba de hablar con él diciendo eso de que extraño es el amor que no lo entiendo y recordaba el amor líquido y las relaciones de hoy.
Estaba tratando de dar pasos en como entender una sociedad descompuesta por su propio status quo, por la barbaridad que genera el éxodo.Hasta ayer estaba a punto de hacer una mudanza que al final no hago.
Los estratos y los estadios son espacios ingobernables y lejanos y no hay espacio, no hay lugar.
Es difícil de entender que ya no soy siquiera de la clase obrera, soy una underclass. La transformación de la sociedad no está en base a ser obrero solamente está en base a no tener clase. A no figurar en el mapa de todas las posibilidades que se dan.
¿Pero y si hubieran pequeñas conexiones, tan pequeñas que hubieran dudas, tan pequeñas que nunca sabrás si son reales, imaginarias o ficticias y la única realidad que tuvieras es de transformarlas?
La globalización nos ha hecho extraños que no tienen espacio donde transformar aquello que viven. No hay lugar y si no hay lugar no hay cambio. Vuelta a la alienación cartesiana.
Recuerda siempre que vuelvas a esa alienación cartesiana es que encima todavía serás una extraña donde el sistema quedrá sacudirte entera en su propio abismo.
….Deja de ser extraña, deja de ser extranjera, busca el espacio….
Nos vemos en el abismo.